martes, 10 de octubre de 2006

Hacia arriba


Estamos acostumbrados a ver las cosas desde una altura de 1,5-2 metros. Es un hecho biológico. Y solemos mirar de ahí para abajo. Hoy, en el autobús, me ha dado por mirar hacia arriba. Y resulta llamativo todo lo que se puede ver por allí. Me he sorprendido por la proliferación de banderas en los balcones (lo cual es una mala señal), pero también he disfrutado de ver las plantas en los balcones, los tendederos llenos de ropa, las ventanas de los niños con monigotes pegados, los ventanales sin cortinas de un piso vacío... Hay todo un mundo ahí arriba. Un mundo con más vida que la superficie de las calles. En ellas, al fin y al cabo, sólo estamos de paso.

PD: haré esto cuando vaya en autobús. Yendo a pie no es lo más recomendable, no sea que metamos el pie en una zanja o pisemos algo que no debamos pisar. Ahora entiendo porqué tendemos a mirar hacia abajo.

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