viernes, 27 de abril de 2007

Para quién escribo


La respuesta más evidente es que escribo para quien tenga a bien malgastar un tiempo de su vida en leerme. Pero no lo tengo claro. Cuando escribo no pienso en los lectores, de los que presumo que tienen personalidad y demás, pero que en el fondo están reducidos a meros puntos rojos en el mapamundi de al lado, y a los que en una grandísima mayoría ni siquiera voya ver en la vida. No. No creo que escriba para vosotros. Ni siquiera para mi. Porque, vamos a ver, ¿si ya tengo estas cosas en la cabeza, qué necesidad tengo de sacarlas de mi? Pero las saco. En principio para matar el tiempo. Y también para ordenar el caos que se acumula dentro de mi cabeza. Porque la mayor parte de todo es puro caos. Y volcándolo afuera, le doy algo de forma, lo ordeno un poco, lo justo. Pero al menos quedo más tranquilo, creyendo que he podido sacar de mi algo más o menos coherente, sucumbiendo ante la ficción de que he podido fijar algo mío, traspasar algo subjetivo a la realidad objetiva. Creo que eso es lo que en el fondo todos buscamos, un asidero que nos una a un mundo fijo y sin rendijas. Ahí fuera no dejamos ver las grietas que intuimos aquí dentro, y así nos consolamos. Pensándolo mejor, sí que escribo para mi. Y para ti también. Para que veas que puedo tener ideas y expresarlas, que no soy el tarado que veo todos los días en mi espejo.

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