sábado, 9 de mayo de 2009

Vivan las caenas


Permítanme que prosiga con la polémica del catalán en la sanidad balear (aquí, aquí y aquí las otras tres veces que traté del asunto). Y es que la polémica no ha cesado. Más bien al contrario, la cosa ha derivado a terrenos más turbios. De entrada se protestó por unos motivos. Pero algunos vieron que de allí se podía sacar algún rédito (ya se sabe, a río revuelto...), y se empezaron a meter partidos políticos y asociaciones de distinto signo, para agitar y provocar en algo que de entrada era una protesta de los afectados por el asunto (los colectivos sanitarios, que no tragaban con algunas condiciones y formas de los gobernantes). Poco a poco se enturbió y se fueron mezclando las cosas, llegándose a olvidar del motivo principial y las razones iniciales (como, me temo, les ha ocurrido a los que lo pusieron en marcha). Artículos en prensa a favor y en contra de unos y otros, cartas a los directores, manifestaciones y contramanifestaciones..., todos movilizando a sus masas, manipulándolas y entrando en una estúpida guerra de cifras (como si más o menos gente otorgara más o menos razón). El último capítulo por ahora se vive hoy, en el que la Obra Cultural Balear (una asociación que dice promover y defender la lengua y la cultura catalanas) ha organizado una cadena humana en Palma a modo de respuesta a los "ataques a la lengua catalana". Mi intención no es discutir sus motivos ni argumentar a favor o en contra (tienen todo el derecho a manifestarse, no seré yo quien se lo niegue). Lo único que quiero es llamar la atención sobre la significativa y sintomática forma de protestar: una cadena humana.

Y dicho esto, se acabaron mis aportaciones sobre el asunto, que ya cansa.
Fins aquí he arribat.

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