domingo, 13 de junio de 2010

Arrancando

La inquietud empezó al darme cuenta de que llevaba demasiado tiempo tranquilo. Desde entonces, han vuelto los viejos tiempos, aquéllos en los que la zozobra lo invadía todo, en los que deseaba algo de tranquilidad. Pero cuando ésta llegó, acabé echando de menos la angustia, a la cual he terminado amando al comprobar que es mi motor.

1 comentario:

PENSADORA dijo...

Pues tiene usted suerte, amigo pez, esa aceptación lo hace todo mucho más llevadero. Más me valdría a mí aprender de usted.

Que sepa que me pasa exactamente lo mismo pero para nada tengo ganas de aceptar que este sea mi motor, prefiero los tiempos de tranquilidad y mi cuerpo los agradecen, llevo unos cuantos meses así y ¡me estoy quedando como un palillo!. Lo bueno es que sé que detrás de estas temporadas vienen esas balsas de aceite que tan poco sabemos valorar...

En fin... que me gusta mucho más el nuevo aspecto de su blog.

Saludos!