miércoles, 16 de marzo de 2011

Como un cencerro-antena

Desde hace unas semanas, se me ha metido en la cabeza que las alteraciones que siento en mi organismo tienen que ver con el ambiente: la llegada de la primavera, las tormentas solares, incluso los terremotos y las revueltas en el norte de África y el malestar por la crisis. Como una antena. Cualquier excusa es buena para mi hipocondria y para darle una explicación al nerviosismo e inquietud (sin motivo alguno) en que vivo instalado de un tiempo acá. Por primera vez en mucho tiempo, mis molestias vienen de fuera, y no están provocadas por extrañas y graves dolencias internas. Eso ya es un avance, porque en mi nerviosismo estoy tranquilo. Parece que la cosa ya ha salido de mí, ahora hace falta que se aleje. Pero, ¿no habré perdido algo importante entonces?

Y mientras tanto, ¿no debería ir al médico? Total, para que me diga lo de siempre... 

¿Y si esta vez...?

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