jueves, 20 de agosto de 2015

Epifanías musicales

De forma súbita una canción que conoces, que has escuchado mil y una veces pero que nunca ha acabado de llegarte (simplemente la pones porque forma parte de un disco en el que hay otras que te gustan más), se presenta ante ti con un brillo distinto y te deslumbra. Como si nunca le hubieras prestado la suficiente atención y un buen día la pones con otros oídos, más predispuesto hacia ella. ¿A qué se deben estas epifanías musicales? ¿Será puro azar? ¿O tendrá más que ver con la presión atmosférica, o alguna sutil combinación hormonal y de neurotransmisores, los cuales trabajan ese día para que te toque fibras que otras veces permanecían intactas?¿Es, en resumidas cuentas, una cuestión de disposición propia? Parece evidente, pero no lo es menos que ha de haber una base en la música, una apertura que requiere una disposición. 

No hay comentarios: