miércoles, 7 de febrero de 2007

Inseparables


Siempre que las corrientes de mi pensamiento me llevan hasta las playas del Amor, acabo encallando en la roca del Odio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Siempre-siempre? Pues es una lástima, amigo. Que ratos hay -debería haber- para todo.

Eso, y las hormonas, que fluctúan y todo eso. ¿Mala elección de los estímulos, tal vez? En fin, ánimo, que igual es la dichosa gripe la que no nos deja ver el "bright side of life" que cantaban nuestros adorados Monty Python...

El Pez Martillo dijo...

No me estaba refiriendo al amor como sentimiento (qué bonito es el amor y todo eso...), sino al concepto del amor.
Una de las ideas que barajé para mi tesis era la del Amor como fuerza configuradora de mundo, y me encuentro que cada vez que pienso un poco sobre el asunto, me sale el Odio por alguna grieta.