sábado, 21 de marzo de 2009

Payasos en el hospital


El otro día, y en entrada colectiva, se planteaba la cuestión acerca de la introducción de las mal llamadas terapias alternativas a la práctica habitual de nuestros hospitales. Es evidente que no es una tarea fácil, pero no es imposible. Para ello, voy a tratar una realidad con la que me encuentro todos los días: los payasos de hospital. No quiero ni imaginar lo que tuvo que escuchar la persona que tuvo la idea de llevar payasos a los servicios de pediatría. Sin embargo, hoy es una realidad bastante aceptada y que nadie discute, al menos en mi entorno.

En estos días se cumplen los quince años de la creación de la ONG La sonrisa médica, que trae algo de color a la gris realidad de los servicios de pediatría de la isla. No sé si hay algún estudio acerca del impacto de las visitas tan distintas a las habituales, y tampoco creo que sea necesario. Basta con la reacción de los niños, que se saben los días en que los payasos han de venir, y que disfrutan, en la medida que pueden (sus enfermedades no siempre se lo ponen fácil), de los números y canciones que interpretan. Y con los niños, los padres, que en medio de la angustiosa situación de tener a algún hijo ingresado (a veces con graves dolencias), ven cómo pasan un rato distraído, e incluso se olvidan, por un momento, de sus molestias. Y los que allí trabajamos tampoco somos ajenos a la actuación de los payasos, que intentan meternos dentro de sus números de uno u otro modo (y nosotros a ellos, puesto que no es una labor al azar, y procuran adaptarse a cada niño o patología).

Habrá quien cuestione la necesidad de que esto sea así. Me atrevería a decir que quien lo haga no ha estado nunca en un sitio donde hay niños enfermos. Porque, ¿qué daño hacen los chistes, canciones y trucos de magia?. Es más, ¿Quién dijo que un hospital tenía que ser un lugar gris y doliente?

5 comentarios:

PENSADORA dijo...

Estoy segura de que funcionaría incluso con los adultos.

El Pez Martillo dijo...

Hombre, no sé si los mismos payasos. Pero tal vez, si en los salones de actos de los hospitales se programaran actos musicales, teatrales, de humor, conferencias... sí que se les haría más llevadera la estancia a los pacientes. De hecho, hay bibliotecas en los hospitales, pero se usan muy poco (en parte por culpa del personal, que no informamos como deberíamos...).

PENSADORA dijo...

HUY! bibliotecas para los pacientes...sinceramente amigo pez, como paciente de larga estancia que fui, te diré que en según qué circunstancias, una hubiera agradecido más una nariz colorada guitarra en mano que un libro, que cuando se está enchufado a una maquineta de esas con un colocón del ocho, no apetece leer, ni hacer el más mínimo esfuerzo por nada, sólo quieres que te hagan reir o, al menos, que te entretengan un poco para pensar en otra cosa.

El Pez Martillo dijo...

Tienes razón, habría que hacer algo un poco para todos. Al final de lo que se trata es de combatir no sólo el malestar, o de hacerlo más llevadero, sino que la bestia a domar es el aburrimiento, uno de los grandes males de los hospitales. Desconozco si alguien ha hecho un estudio sobre el impacto del aburrimiento en la estancia de los enfermos, pero sería interesante hacerlo.

Anónimo dijo...

Me apunto a eso del estudio de humanización de los hospitales y mucho más con los niños. Es algo muy necesario para todos los q estamos allí dentro ( enfermos,família, personal....).