viernes, 31 de julio de 2009

De primeras impresiones


Hay gente con la que conectas. Que hace cinco minutos que los conoces y ya le estás contando tu vida con detalles que a algunos amigos ni les referirías. no descubro ningún continente con esto. Y también se da el caso contrario, gentes que desde un primer momento no caen bien. No dan ningún motivo para desconfiar, es más, pueden llegar a demostrar en numerosas ocasiones su bondad, pero que no acaban de cuajarnos, provocando cierta desconfianza.

A todos nos ha pasado. La cuestión es el porqué de esto. ¿Será por mecanismos parecidos a las feromonas? ¿O algo mucho más sutil, como una irradiación de nuestra personalidad, de nuestros secretos y conflictos que alguna oscura región cerebral sabe descifrar? Algo de eso debe haber, porque estas intuiciones se dan antes de que la otra persona abra la boca.

Todo esto, sin embargo, no debe hacernos caer en eso de que la primera impresión es la que cuenta, puesto que también ocurre que cambiamos de parecer respecto a las personas. Aunque cuando ocurre que no cambiamos, es porque la primera impresión ha sido demasiado poderosa.

jueves, 30 de julio de 2009

Plan E


No desaprovechemos el esfuerzo que nuestro ínclito gobierno hace por nosotros. Tomemos la calle. Las trincheras y barricadas ya están puestas. Se van a cagar...

miércoles, 29 de julio de 2009

Prensa, política y deporte


Nunca he sido muy del deporte. Siempre he pensado que es mejor practicarlo que ver a los demás hacerlo. Cuando, de tanto en tanto, cae un diario en mis manos, la sección de deportes me la salto. Y en televisión, suelo cambiar de canal. Pero, como dice la canción "yo no quiero enterarme, pero me entero". Y al final resulta que estoy más o menos al día de lo que ocurre en ese mundo.

Por eso hay cosas que no me gustan. Por un lado está la deriva "rosa" de la prensa deportiva. Como lo relacionado con esta gente vende periódicos y trae audiencias, se busca cualquier detalle con el rellenar horas y líneas. Y claro, termina siendo más importante lo que ocurre en el vestuario que en la competición. De cada vez más.

Otra cosa que me disgusta es el forofismo y las tomas de partido de los periodistas deportivos. Bastaría con decirnos quién gana, quién pierde y dar los detalles del partido. Pues no, hay que meter ese matiz de apoyo o desprecio tan de moda en tantos ámbitos. Por una parte, me parece lógico que se anime y se quiera ver ganar al deportista local. Pero de ahí a montar según que cruzadas, hay un trecho bien grande.

Finalmente, y para dar palos también a los deportistas, además de haber entrado en el juego de la prensa, han entrado en el juego de la política. Como el deportista victorioso es admirado con cierta unanimidad, siempre hay ahí el político de turno dispuesto a hacerse una foto, a ver si así se le impregna algo del carisma del otro (el uso político del deporte ya es muy antiguo). Pero hay algunos deportistas que se prestan demasiado dócilmente a ello, tal vez en busca de ayudas o sembrando para el mañana (por ejemplo, para que a uno le paguen unos cuantos cientos de miles de euros para promoción turística...). Es más, los hay que ya empiezan a meterse en la pugna política. Y eso sí que no me hace gracia. O sí.

En cualquier cosa, si quieren hacerse fotos con ellos, es porque algo han ganado, y eso sí que no se lo quita nadie. Así que enhorabuena a los premiados.

martes, 28 de julio de 2009

Lux obscura


Nuestro hacernos con las cosas tiene una parte de hacer las cosas. Por eso se da eso de que tendemos a ver en ellas lo que proyectamos. Esto, que en gran medida es cierto para con las cosas, se tambalea respecto a las demás personas. Los demás son la resistencia, son el muro contra el que tropiezan nuestras proyecciones. Básicamente, porque ellas también proyectan, porque ellas también iluminan. La gracia está en ir encontrando gente con la cual nuestra luz/oscuridad combine, junto a la cual iluminar "mejor" el mundo (hacer uno más o menos luminoso/oscuro).

lunes, 27 de julio de 2009

Memoria e historia


Todos los días vivimos acontecimientos a los que se califica de históricos. Y esta profusión da que pensar, puesto que es obvio que no todos pasarán a la historia. En sentido estricto sí que lo harán, porque todo lo sucedido es histórico, pero no entraran en lo que podríamos llamar Historia, así, con mayúsculas, y quedarán en el olvido de oscuros archivos.

La cuestión es, ¿a partir de cuándo se puede considerar que algo ha pasado a la historia? Hace falta perspectiva para ello. Alguna vez he oído que treinta años son los necesarios. Que tras tres décadas se tiene la lejanía suficiente como para no dejarse llevar por los hechos acaecidos, que, supuestamente, ya no influyen en el presente. Visión miope. La verdadera medida de la historia está en la memoria viva. Algo entra en la bruma histórica cuando nadie puede defenderlo, cuando ya no queda nadie que lo haya vivido, cuando queda a merced. Entonces sólo quedan los archivos. Entonces empieza la historia.

sábado, 25 de julio de 2009

Traca final


Culmino (de momento) la serie de entradas dedicadas a las anotaciones de Jünger en su diario. Ha sido una lectura estimulante, de las que se quedan en el paladar por mucho tiempo. Pero ahora toca partir rumbo a otras orillas. Espero poder dejar constancia aquí de los tesoros que pueda ir encontrando. De momento, dejo uno de los últimos fragmentos de Jünger que me han deslumbrado:

"En los matorrales de la presa de Lanne he tropezado con una pareja de lucánidos. La hembra estaba succionando la savia de una encina herida; el macho la tenía abrazada.

En el macho los adornos están relacionados con la voluntad y el movimiento; en la hembra, con la visión inmóvil de las cosas. Marte lleva como emblema el escudo y la lanza; Venus, el espejo. Ya la célula espermática está armada de un flagelo. El óvulo la recibe inmóvil, la acoge dentro de él.


En no pocas especies, como en una araña de Madagascar, la Nephila, la diferencia de tamaño llega a ser grotesca. En un gusano estrellado, la Bonellia verde, que pude observar en Nápoles, las relaciones son más asombrosas todavía; el macho habita como parásito dentro de la hembra. Penetra en ella por el orificio de la boca y, a través del canal digestivo, llega hasta los órganos sexuales. En otras especies el macho es consumido, devorado después de la fecundación. Parecido a eso es también el asesinato de los zánganos, que pone fin al vuelo nupcial.

El papel del macho parece consistir en proporcionar los elementos de ordenación, de radiación. Cabría imaginar una situación en la que el macho ya no estuviese presente físicamente, sino que actuase mediante la pura visión directa y se hallara representado, como en astilleros, por modelos minúsculos, de conformidad con los cuales construirían unas fuerzas invisibles tantos barcos como deseasen.

Con este ahorro espacialse corresponde un ahorro temporal, por cuanto en no pocos animales el macho sale a escena muy raras veces, como ocurre en los saltamontes de la familia de los bacílidos, en los que lo normal es la partenogénesis. Pero ésta es interrumpida en ocasiones por una generación sexual, como si el mundo material quisiera tomar de vez en cuando la medida.

En los insectos que viven en sociedad los obreros son asexuados; sufren esa reducción para favorecer la producción. También en nuestro mundo de trabajo empieza a haber indicios de perspectivas extravagantes.

Cabría imaginar astros en los que la vida se propagase únicamente por gemiparidad. Lo probable es que enn ellos, como en los arrecifes de coral, no estuvieran separados los individuos. Si tales colonias poseyesen inteligencia, faltaría casi completamente la voluntad, en favor de la visión directa, de la "concepción" del mundo. Se tendrían arrecifes, céspedes, celdillas en los que se meditaría, se soñaría el cosmos. A veces he pensado eso al ver arriates de celosías en flor parecidos a cerebros rojos.

Ya en los protozoos se reparten las posibilidades de la vida, también las no realizadas. ¿Qué son propiamente los flagelados, los rizópodos, los radiolarios, las amebas? No hay duda de que, a partir de la invención del microscopio, hemos descubierto esos mundos, pero aún no los hemos interpretado. Están aguardando su Champollion."

viernes, 24 de julio de 2009

En la fiesta de Blas (todo el mundo sale con unos cuantos virus de más)


Con esto de la gripe A es curioso ver cómo se comporta la gente. Los hay que tienden a recelar de todo y extremar las medidas de precaución, hasta llegar a un aislamiento exagerado. Pero también los hay que se lanzan a una aventura temeraria, a no tomar ninguna precaución. Total, dicen, si hay que contraer la enfermedad, la contraeremos. Aparte de ser unos irresponsables, llama la atención la alegría con que se lanzan a la lotería de ser contagiados. De entre este grupo de personas destaca uno que llevan su temeridad al extremo de celbrar lo que ellos llaman "Fiestas de la Gripe".

Podría pensarse que estas fiestas son una pijada más del tipo "fiestas blancas" o "fiestas de disfraces". Pero no, de lo que se trata es de invitar a alguien enfermo, para que así puedan resultar contagiados algunos (si no todos) de los asistentes. Se están poniendo de moda, parece, en Francia. El objetivo es contagiarse e inmunizarse ahora que la cosa todavía es leve, por si acaso empeora (pensemos que, de cara al invierno, si seguimos así, la tradicional saturación de los servicios sanitarios puede ser espectacular, por no hablar de la posibilidad de que el virus mute y se haga más virulento), una especie de vacunación natural.

Pero como ocurre con tantas cosas, las razones esgrimidas no son más que el barniz racional que la época exige. Porque late algo más profundo en estas celebraciones. Tienen algo de primitivo, de sagrado, de telúrico, de conjura. En el fondo, aunque los participantes no lo sepan, se trata de una celebración de la salud y la enfermedad, de la vida y la muerte. De esa vida y esa muerte que, lejos de ser contrarios, son complementarios y se necesitan.

Habrá quién diga que estas fiestas son una soberana gilipollez. No seré yo quien lo niegue. Pero sí que pondré el acento más en la soberanía que en la gilipollez. Aunque los participantes no lo sepan y banalicen la celebración convirtiéndola en una simple juerga-ruleta rusa.

El otro día me invitaron a una de estas fiestas. Pero al final los organizadores se acojonaron y decidieron anularla. Aún estoy a tiempo de visitar al enfermo. Pero claro, no sería lo mismo (si hay que contagiarse, que sea con ritual).

jueves, 23 de julio de 2009

La grieta en mí


En mi niñez y primera juventud sentía el cuerpo de forma sentimental. Cada movimiento, cada estado corporal se traducía en sensaciones, en estados de ánimo. Siento que espiritualmente estaba más unido a él, o al menos, funcionaban más conjuntados y afinados (reitero que la distinción cuerpo-mente, cuerpo-espíritu, la uso sólo analíticamente). Los matices eran inmensos, y siempre había alguna nueva variación. En general, estaba a gusto, en lo bueno y en lo malo.

Hace años que ya no es así. Hay un desfase, una quiebra, una grieta en mí. Toda sensación es angustiosa, incluso las normales y placenteras. Se ha instalado en mí un poso de desagrado, de fastidio, de ansiedad que todo lo impregna. Se acabó ya la autocomplacencia y el decirme "qué bien estoy". Cada vez más incómodo, supongo que en eso consiste envejecer.

miércoles, 22 de julio de 2009

Terapéutica jüngeriana II


En nuestras crisis hay instantes en los que atisbamos que la muerte se ha apartado de nuestro lado y que está acercándose la curación. ¿Es la salud que está empezando a germinar lo que nos proporciona ese atisbo? ¿O es, por el contrario, el citado atisbo lo que nos conduce a una vida nueva? No lo sabremos mientras veamos separadamente el espíritu y el cuerpo.

Por lo demás, lo único importante en la salud es lo que en ella es símbolo, parábola. En ella ha de haber una pizca de aquella otra Salud que nos ayuda a vencer la última enfermedad. Esa otra Salud es la que se refleja en el rostro de los convalecientes y también de los moribundos. De lo contrario toda curación no sería otra cosa que un aplazamiento de una partida perdida. Con frecuencia resulta espantoso ver cómo se lucha por conseguir una simple prórroga, por ganar unos meses, en los que la angustia del enfermo exige a la técnica del médico sus últimos refinamientos. Es un juego por nueces que están vacías, por días vacíos; y, sin embargo, cada uno de esos días podría aportar aún la más grande de las ganancias. También el morir es una tarea. Tan pronto como el enfermo ha comprendido eso vuelve a tomar las riendas en su mano.

La cuestión es siempre qué hacemos con la salud. Es un talento que nos ha sido entregado, como en la parábola evangélica, para que negociemos con él. Cuando yo he sido productivo me he sentido más sano, aunque físicamente estuviese al mínimo, que en los tiempos en que físicamente estaba en el zenit, pero espiritualmente me hallaba a ras del suelo.

Ernst Jünger, 24 de enero de 1947

martes, 21 de julio de 2009

Verano sanitario


Lo sanitario está siendo protagonista en los últimos tiempos, por motivos varios. No entraré a opinar de los trasfondos que pueda haber, sólo me quedaré en la superficie de las cosas, como suele ser habitual por estos lares. Vienen bien estas polémicas y actualidades. Bien para aclarar las ideas y reafirmarse en algunas cosas, a saber: la ideologización de nuestra sociedad prosigue imparable, y ya afecta incluso a cosas tan en apariencia aideológicas como la enfermedad o la salud (en realidad, el sesgo ideológico se da a la hora de hablar y opinar sobre ellas y su organización), y también que a la hora de opinar, todo el mundo cree tener la razón sin más, son poseedores de la verdad absoluta, y no se enteran de nada, lo cual les convierte en necios. Veo que hay mucha gente que cree que opinar es insultar, ser contundente y no dejar lugar a réplicas u otras versiones. Y yo creo (aunque debo de estar equivocado) que opinar es estar informado, hacerse una idea en base a la información, y expresarla. Pero claro, para eso hace falta que los que se suponen que deben informar lo hagan correctamente. Y es algo que también ocurre en muy pocas ocasiones...

lunes, 20 de julio de 2009

Hidromiel


Con todo esto de la conmemoración de la llegada a la luna, servidor, que a veces es muy colateral y sus neuronas establecen insondables conexiones, ha dado en pensar en la hidromiel. Sí, la hidromiel, la que tal vez sea la bebida alchólica más antigua de la humanidad, elaborada a partir de la fermentación de agua y miel. La primera referencia a este licor la encontramos en textos que tienen casi cuatro mil años, aunque se han encontrado restos de vasijas de hidromiel que datan de hace siete mil. Muchas culturas la han disfrutado: griegos, romanos, vikingos, celtas..., casi todo el mundo. Algunas de ellas la tuvieron en tan alta consideración que la convirtieron en la bebida de sus dioses. Y la verdad, no es para menos. Dulce y suave, entra muy bien y se sube a la cabeza mejor.

¿Y qué tiene esto que ver con la luna? En la Edad Media, existía la costumbre de que las parejas recién casadas, para que su primogénito fuera varón (ya sabemos lo importante que esto era para muchas familias), tomaran hidromiel durante el primer ciclo lunar después de casados. De ahí viene lo de llamar "luna de miel" al tiempo inmediatamente posterior a la boda.

Ya ven que mis neuronas van por donde quieren. Y es que, por mucho que nuestros padres nos quieran convencer de que ellos descubrieron la luna, ella siempre estuvo allí. No les hizo falta a los antiguos hollarla para que les fuera útil. De otra manera, claro, que cada uno usa las cosas a su manera, según lo que de ellas dejen salir y quieran sacar.

sábado, 18 de julio de 2009

Moda intelectual


¿Porqué tienen las misses, modelos y demás, la necesidad de apresurarse a decir que la belleza no es lo más importante? ¿Es que les remuerde la conciencia por algo? ¿A qué viene la estupidez de hacerles preguntas "culturales"?

En el fondo, seguimos con los antiguos esquemas, perpetuados a la inversa, de cuerpo-pecado y mente-virtud. Como si fueran cosas incompatibles. O peor, con la vieja cantinela de las rubias tontas (aunque algo hay, más por causas pragmáticas que por esencia). En cualquier caso, la cosa está en ese afán por, haciendo una cosa, querer mostrar otra (nunca olvidaremos a aquella Miss España que se esforzaba en demostrar lo "cultureta" que era, y sus geniales meteduras de pata).

En resumen, que cada uno haga lo que le venga en gana. ¿Qué quieres cultivar tu belleza (corporal, se entiende), sin prestar atención a nada más? Perfecto. ¿Que te va más ser la más lista de la clase y despreciar todo lo demás? Estupendo. Aunque yo apostaría más por un cierto equilibrio y armonía. Pienso que en ellas reside buena parte de eso que llamamos Belleza, y que no sabemos muy bien qué es.

viernes, 17 de julio de 2009

Cabeceando


A veces presumo de que no me duermo si no quiero, de que no entiendo qué es eso de quedarse dormido viendo la tele o contra la voluntad. Es casi cierto. Sólo dos veces me ha podido el sueño. Una de ellas fue en el cine, viendo Abajo el amor (en mi defensa diré que fue una sugerencia de unos amigos). Renée Zellweger me provocó sopor y cabeceé algo. Es comprensible. No lo recuerdo bien, pero seguro que, o estaba de resaca, o había trabajado la noche anterior (por si la película en sí misma no justifica las cabezaditas).

La otra vez fue más grave. En una discoteca. En Pachá Mallorca, más en concreto. También fui semiarrastrado. Esta vez por mis compañeras de trabajo. Era tarde y decidieron ir allí a terminar la juerga. Yo ya la había terminado, y en una especie de bancos que había en la zona VIP (a donde una compañera tenía pase) me venció el sueño. La atronadora música me acunó. Al cabo de unos meses, la discoteca cerró, desconozco si por el impacto de la mala prensa de que alguien se haya dormido dentro.

Sea como fuere, todavía no sucumbo con facilidad al sueño, y aún puedo recordar las veces en que eso ha ocurrido y contarlas con los dedos de una mano. Supongo que llegará el día en que será habitual.

jueves, 16 de julio de 2009

Móvil motor


Una plaza céntrica de la ciudad. El bochorno es insoportable. Un grupo de post-preadolescentes ha abordado un grupito de chicas de su misma edad. Ellos, acicalados según manda el canon de la decadente metrosexualidad hortera de futbolista, se acercan, les hablan, con mirada penetrante. Ellas parecen, de entrada, rehuir el contacto, pero, coquetas, sonríen y se dejan querer, como mandan los cánones de las chiquillas aspirantes a modelo y futura pareja de futbolista metrosexual. Un "típica" escena de galanteo post-postmoderna.

A apenas unos metros de ellos, dos palomas copulan. Sonrío. Ellas no se han tenido que hablar de amor, ni piropearse, ni nada de eso. Es lo que quieren los otros (tanto ellos como ellas, no nos engañemos), pero por otras vías, con otros aderezos y protocolos. Todos conducentes al mismo efímero y pleno instante. Mi sonrisa se ensancha. El amor, en todas sus vertientes y posibilidades, mueve el mundo.

miércoles, 15 de julio de 2009

Pequeños rituales


Sorprende la facilidad con que lo ritualizamos todo. Todo ha de tener sus cadencias, su ritmo, sus partes sucesivas. En parte porque hay que hacer las cosas una detrás de otra. Y en parte porque así le damos un aire como más solemne a los más nimios detalles de nuestras vidas. Conviertiendo cada pequeñez en algo especial, otorgándole una pátina de sacralidad, como si de cada cosa pendiera el sentido del mundo. Lo cual, en buena medida, es cierto. Todo es importante, todo ocupa su espacio. Por eso, todo requiere de cierta reverencia, cada cosa merece respeto, amor y adoración. Aunque parezca una tontería.

martes, 14 de julio de 2009

Terapéutica Jüngeriana


"La curación es difícil porque los más de los enfermos desean ciertamente desembarazarse de la enfermedad, pero no ponerse sanos.
De lo que se trata es de llevar al enfermo a aquel punto en que quiera ponerse sano.
El médico no es un remolcador; es un piloto que se toma a bordo.
También en la medicina es variable la táctica e inmutable la estrategia.
La mano que se mueve cuida al enfermo, la que está quieta lo sana."
Ernst Jünger (1895-1998)

lunes, 13 de julio de 2009

Giro '94: Merano-Aprica

Ya que estamos en época de resonancias ciclistas, me gustaría recordar la jornada que más he disfrutado en mi modesta vida de seguidor de este deporte (sin demasiado apasionamiento y de forma intermitente, todo sea dicho). No fue en el Tour de Francia, sino en el Giro de Italia. En 1994, la quiceava etapa, 5 de junio, entre Merano y Aprica, 188 kilómetros en plenos Alpes dolomitas. Entre la salida y la meta, dos colosos de los que dan miedo: el Stelvio y el Mortirolo, dos cimas que están entre las más duras que se suben en el ciclismo profesional. Partía de rosa el corredor ruso Berzin, y también terminó él de rosa, aunque de milagro.

Primero se coronó el Stelvio, que recibió a los ciclistas con niebla, nieve, viento y 7 grados bajo cero. La cosa iba más o menos bien para todos, a pesar del clima: los favoritos iban agrupados y todo lo cómodos que se puede ir en esas circunstancias. Pero luego vino el Mortirolo, con mucho mejor tiempo (13 grados y sol) y en él la carrera rebentó. El culpable fue un joven de 24 años que en la etapa anterior había firmado su primera victoria como profesional: un tal Marco Pantani, gregario de Claudio Chiapucci. Se marchó del grupo con un ataque imposible de seguir. Poco a poco otros hombre fueron saltando a intentar alcanzarlo. Berzin fue uno de ellos. Todos esperábamos la reacción de Indurain, que optaba a ganar su tercer giro. Pero de momento no la hubo. Dejó escapar a la gente. Y luego puso su ritmo. Era su estilo, dejar a los demás hacer, no entrar al trapo, y luego hacer él su caminito. Y su caminito era difícil de seguir. Puso su ritmo, sentado, impasible, duro. Al principio todo el mundo le seguía, pero no podían aguantar mucho. Y poco a poco se descolgaron. Arriba Pantani hacía su exhibición. Y abajo Indurain la suya. Logró alcanzar a Berzin y dejarlo atrás, recuperándole tiempo. En una bajada a tumba abierta pilló a Pantani y siguió sacando ventaja respecto a Berzin, hasta convertirse en líder virtual del Giro. Sus seguidores, alegres por el recital que estaba dando y ufanos por ver cerca el tercer Giro.

Pero no conviene celebrar nada hasta que se llega a la meta, puesto que Indurain se hundió en el siguiente puerto, el Paso de Santa Cristina. Allí la pájara se apoderó él y no hubo nada que hacer. Pantani se largó hacia su segunda victoria consecutiva, entrando en la leyenda. Y Berzin, también deshecho, más por demérito de Indurain que por mérito suyo, recortó el tiempo suficiente para mantener la maglia rosa (la mantendría hasta el final, proclamándose vencedor, junto a Pantani, 2º, e Indurain, 3º).

Ese día entendí de qué iba eso que tanto se decía de la "épica del ciclismo", de las "etapas que hacen afición", de las "jornadas heroicas". Disfruté como un enano. Y no debí ser el único, porque hoy en día esa etapa está considerada una de las mejores de la historia del ciclismo, se puede descargar por ahí, y está entera en youtube. Como es lógico, no la voy a poner entera aquí, tan sólo dejo el momento que más nos hizo vibrar, la cabalgada del Pirata Pantani y el instante en que Indurain dejó atrás al líder y nos hizo soñar por un rato en que podía arrebatarle el jersey rosa:


sábado, 11 de julio de 2009

Ekpyrosis


Para los antiguos estoicos, el universo tenía una serie de ciclos, al final de los cuales se consumía en un terrible incendio. Llamaban Gran Año a cada uno de estos ciclos. Y Ekpyrosis al incendio final purificador. Tras cada conflagración, la cosa volvía a empezar, con un transcurso exactamente igual.

A veces pienso que lo que nos hace falta es una especie de Ekpyrosis, que todo se vaya al garete. Son esos días pesimistas en que todo se ve negro, y no se ve esperanza en ningún lado. A ver si así cambiaban algunas cosas del mundo que no me gustan. Sin embargo, mi parte sensata (que la tengo, aunque no lo parezca) salta y me dice: "Sí, vale, ¿y si es como lo de los estoicos, que lo que viene después es exactamente lo mismo?". Entonces se me acaban de quitar las pocas ganas que tuviera de lo que fuere.

viernes, 10 de julio de 2009

¿Una Estrella de David en Palma?



Para que se vea, he señalado la punta superior de la estrella.

Esta semana he descubierto que en el trazado del casco antiguo de Palma se esconde media estrella de David. Y que parece ser que, en su día, la estrella estaba completa. Antes aquello era el barrio judío, y sus habitantes hicieron las calles para que reprodujeran el símbolo que representa su religión. Luego los cambios en las calles borraron una parte, aunque las calles que quedan apuntan vagamente hacia ella. No lo sé con certeza, pero la cosa tiene cierta verosimilitud, en vista del mapa (faltann tres puntas, pero por hay algunas calles cerca que, si las prolongamos, nos acercan a la estrella completa) y de algunos datos históricos.

jueves, 9 de julio de 2009

Presas rotas


Cuando llega el momento de ordenar, uno se plantea tirar a la basura algunas cosas que ya no se usan o que son viejas o inservibles. A lo mejor ya era así desde el momento en que se almacenaron, pero algo evitó que las lanzáramos antes. Sin embargo, en el momento de tirarlas, hay un pequeño titubeo. Porque en cuanto se empieza a desalojar es seguro que tras eso, irán muchas más cosas. Se pone en marcha un mecanismo compulsivo de desechar cosas. Es como la rotura de una presa: todo parecía muy correcto, y en un segundo la corriente es imparable.

Ocurre así en muchos órdenes de la vida. Es lo que, certeramente, expresa el refrán: "en el comer y en el rascar todo es empezar". Pero no sólo es en el comer y en el rascar.

miércoles, 8 de julio de 2009

Última hora


Nuevamente aporto al blog una muestra de mi estupor, generada, cómo no, por nuestros inefables medios de comunicación. Curiosamente algo así es lo que pretendía al abrir el blog, y luego la cosa fue por otros derroteros. Me ha llamado mucho la atención que en un noticiario nocturno, de los de las 9, interrumpieran un reportaje sobre las matanzas chinas para transmitir en directo la entrada de cierto jugador de fútbol a cierto estadio deportivo. Lo grave es que ese mismo medio es uno de los más tendentes a hacerse los escandalizados e indignados ante según qué trato a los humanos. Pero ya se sabe, poderoso caballero es don dinero.

La reflexión que todo esto, y otras muchas cosas me mueven es: hace falta más crisis. Aún no es suficiente. Nos merecemos todo lo que nos caiga.

martes, 7 de julio de 2009

Kiliedro: Ferrer i Guàrdia


Se cumplen en estos meses de verano los cien años de uno de los sucesos más tristes, vergonzosos (en casi todos los aspectos) y tal vez trascendentes de la historia contemporánea de España: la llamada Semana Trágica. Con ella viene a nuestra memoria un nombre que representa uno de los casos más claros y flagrantes de chivo expiatorio que nos podemos encontrar: Francesc Ferrer i Guàrdia (1859-1909).

lunes, 6 de julio de 2009

Mentiras


Aprendemos bien pronto, en propia carne, acerca de la mentira: nuestros padres nos engañan poniéndonos chupete. Luego vienen los Ratoncitos Pérez, los Reyes Magos y demás mentiras que nos hacen más entretenida la existencia. No podemos decir que no estemos entranados en la mentira. A la gran mayoría eso sirve para, de mayores, mentir con soltura. Aunque deberíamos usar esa exposición al engaño como un método para mejor descubrir la verdad.

sábado, 4 de julio de 2009

Esquimales


Del mismo modo que bajo la capa de hielo se arremolinan las corrientes y la vida, nosotros poseemos una superficie más o menos fija, bajo la cual operan tremendas fuerzas. Sin embargo, no conviene confundirnos y hablar de superficies y profundidades. Son sólo distinciones descriptivas. En la práctica, todo funciona de forma conjuntada. La superficie necesita de lo que hay debajo, y viceversa.

Como esquimales, deberíamos saber hacer agujeros en la capa de hielo y pescar algo de lo que por abajo se mueve, para mejor sobrevivir. Pero como esquimales, hemos de ir con cuidado, no sea que el hielo se resquebraje, y todo el conjunto se vaya al garete.

viernes, 3 de julio de 2009

Sin excusas


Cumplido el trámite de la dichosa oposición (de la que he hablado e insinuado algunas cosas en los últimos meses, y que aún no está acabada del todo, pero lo más engorroso, que es el examen, ya pasó), ahora no hay excusa que valga para meterme de lleno en esa tesis doctoral que tengo en marcha (en realidad, memoria de investigación todavía, que viene a ser, en resumidad cuentas, como el primer paso de la tesis) e ir quemando sus etapas como es debido. Llevo ya unos años con ello, y la cosa va a paso lento. Por H o por B, la he enlentecido aún más de lo deseable y comprensible. En estos instantes lleva casi un año completamente parada, y hay ganas de retomarla.

Me doy cuenta de que tiendo a dilatar las cosas que me ilusionan y que me deleitan. Algunas lecturas, algunos trabajos, algunas tareas (hasta el punto de empezarlos antes de lo necesario, para así tener más tiempo). Puede que sea una estrategia inconsciente para degustar el placer de llevarlas a cabo, como cuando se come a cachitos pequeños algún plato que nos gusta especialmente. O puede que sea que en realidad no tengo ninguna gana de hacerlo, y de este modo lo hago más llevadero. O, más sencillo y probable, que soy un gandul y me busco excusas para no hacer lo que debo hacer.

Sea como fuere, ahora ya no tengo excusas. Habrá que ponerse a ello. Les mantendré informados.

jueves, 2 de julio de 2009

Medio final

Hay quien cree que el fin justifica los medios, y otros que no pueden aceptarlo. Lo peligroso y perturbador de verdad es que se confundan fines y medios.

miércoles, 1 de julio de 2009

Ludopatía


La situación que vivimos con la tan traída y llevada crisis es como la del ludópata que insiste en seguir jugando, en seguir tirando el dado, seguro de que una buena racha está a punto de llegar. Mientras llega, se endeuda, y todo lo empeña, jurando y perjurando que, cuando empiece a ganar, pagará sus crecientes deudas, con todos los intereses que se les quiera añadir. Puede que la racha se produzca y su situación se alivie un poco. Pero tarde o temprano la cosa se vuelve a enturbiar. Hasta que la situación deja de dar de sí y desemboca en alguna clase de desenlace.

Al igual que el ludópata, puede que se piense que el problema es económico, y que en el juego esté la solución y el problema en sí. Pero no hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que el problema real es más profundo.