viernes, 3 de julio de 2009

Sin excusas


Cumplido el trámite de la dichosa oposición (de la que he hablado e insinuado algunas cosas en los últimos meses, y que aún no está acabada del todo, pero lo más engorroso, que es el examen, ya pasó), ahora no hay excusa que valga para meterme de lleno en esa tesis doctoral que tengo en marcha (en realidad, memoria de investigación todavía, que viene a ser, en resumidad cuentas, como el primer paso de la tesis) e ir quemando sus etapas como es debido. Llevo ya unos años con ello, y la cosa va a paso lento. Por H o por B, la he enlentecido aún más de lo deseable y comprensible. En estos instantes lleva casi un año completamente parada, y hay ganas de retomarla.

Me doy cuenta de que tiendo a dilatar las cosas que me ilusionan y que me deleitan. Algunas lecturas, algunos trabajos, algunas tareas (hasta el punto de empezarlos antes de lo necesario, para así tener más tiempo). Puede que sea una estrategia inconsciente para degustar el placer de llevarlas a cabo, como cuando se come a cachitos pequeños algún plato que nos gusta especialmente. O puede que sea que en realidad no tengo ninguna gana de hacerlo, y de este modo lo hago más llevadero. O, más sencillo y probable, que soy un gandul y me busco excusas para no hacer lo que debo hacer.

Sea como fuere, ahora ya no tengo excusas. Habrá que ponerse a ello. Les mantendré informados.

2 comentarios:

PENSADORA dijo...

AAAIIIINSSSS!!! los estudios... ¡cuanto quebradero de cabeza!

El Pez Martillo dijo...

En sentido estricto, lo mío ya no son estudios. Además, ya lo hago por puro vicio, que es peor.