miércoles, 23 de diciembre de 2009

La atmosfera del libro


Casi de un dia para otro han surgido unos aparatos electronicos que pretenden sustituir a los libros. Y tambien han aparecido las discusiones en torno al futuro del negocio editorial (la topica discusion en torno a las nuevas tecnologias: si significan la muerte de las viejas). Acto seguido, los compradores, con esa compulsividad tan nuestra. De pronto descubro al personal enfrascado en discusiones acerca de los formatos idoneos, de precios, como si su vida fuera en ello.

Puede que con el tiempo ocurra que estos dispositivos se hagan mayoritarios, y que los libros salgan en formatos electronicos y no los podamos adquirir de otro modo, obligandonos a adaptarnos a la novedad. Pero por ahora no lograran igualar todo eso que acompaña a los libros: el olor del papel nuevo, de la tinta, el crujir de las paginas, el color amarillento que el tiempo le imprime al papel... la atmosfera y el ceremonial que envuelven al libro, algo que va mas alla del contenido. Porque leer es algo mas que descifrar las palabras. Es sumergirse en el texto, hacerlo nuestro de algun modo, y ello requiere un ambiente que Gutenberg logro de manera magistral. Tanto, que cuesta imaginar que la nueva atmosfera que los nuevos aparatos traen consigo (porque es innegable que ellos tambien tienen su "contorno") supere a la vieja forma de leer. Porque en el fondo, no es solo un cambio de formato, sino que tal vez este cambiando la lectura misma.

PD: ruego disculpen la ausencia de acentos, pero la "inspiracion" me ha llegado junto a un ordenador mal configurado en el que me ha resultado imposible que salgan como deberian

4 comentarios:

Musa dijo...

No podría estar más de acuerdo con usted, amigo Pez. Aunque reconozco las ventajas que puede tener el famoso ebook (o como se escriba) nunca podrá compararse al libro de toda la vida. No obstante no me atrevo a decir, "de este agua no beberé", porque ciertamente si en el futuro no logro mi objetivo de construirme una gran casa con una biblioteca gigante, puede que termine recorriendo a este formato para seguir adquiriendo y almacenando libros.

El Pez Martillo dijo...

Muy buenas, Musa. Sí, yo tampoco descarto acabar con uno de esos trastos, aunque no de momento, pero tengo ciertos temores al respecto: habrá libros que no se adaptaran a los nuevos formatos (aunque es cierto que seguiran estando ahí en papel, ya sabemos como funciona esto de las nuevas tecnologías, que te acomodas a lo nuevo y dejas de lado todo lo antiguo, y si no se ha adaptado, "será porque en el fondo no valía la pena"...), y también acabaremos con que cada marca tendra sus formatos propios no intercambiables, con lo cual estaremos (otra vez) en el viejísimo y cansino asunto del vhs-beta (que a las compañías les funcionará muy bien, pero que para el consumidor es un coñazo, por muy asumido que lo tengamos).

Saludos.

PENSADORA dijo...

Muy posiblemente nos pasará como ocurrió con el CD, resultará que tendremos que "morir al palo" y encima saldrá mucho más caro.

Empezarán las ventas "bajo mano" y sus correspondientes quejas...

Bla, bla, bla...

Yo abogo por el libro tal como es, con ese romanticismo de los olores, ese momento tan hermoso de regalarle a alguien especial un libro... ¿te imaginas regalar un libro en e-book? tipo: "déjame tu e-book que te he traido un regalo que está aquí en mi pen-drive y te lo descargo..."...¡que triste!.

Saluditos desde el lecho del dolor! jejeje!

El Pez Martillo dijo...

Hola pens, espero que más caro no sea (a parte del aparato, claro), porque no pueden ampararse en la materialidad de los ebooks, que no son más que documentos informáticos que se pueden copiar sin coste alguno, así el precio tendría que quedar reducido a cubrir los derechos de autor y poco más (porque además, no habría tanto distribuidor intermedio).

Y sí, regalar ebooks quedaría un poco triste. Y otra cosa, en la que ahora caigo: ¿Se podrán subrayar, anotar, dedicar? Lo digo porque es algo que yo hago mucho. Otra cosa que hago es poner, en la primera página, que suele estar en blanco, a modo de ex-libris, mis iniciales, la fecha y lugar (ciudad) donde he comprado el libro (tengo la costumbre de, siempre que viajo, comprarme algún libro en las ciudades a las que voy), y el precio que pagué por él.

Un saludo.

PD: ¿Lecho de dolor? ¿físico o anímico? Espero que no sea nada grave, que desprendes pesimismo (optimista, es verdad) en las últimas entradas.