viernes, 3 de septiembre de 2010

Persistencia de la mentira

Vale, bien. A los niños los mantenemos a base de mentiras. al hacernos mayores, las descubrimos, y con ese trasfondo tenemos un contraste con el que nos creemos dueños de la verdad. La cuestión es: ¿en qué nos mienten a los adultos?. Posiblemente nunca lo sabremos (tal vez en el futuro sepan en qué nos mienten hoy, como sabemos nosotros algunos engaños del pasado). El único consuelo es que alguien debe haber que sepa la verdad, aunque podría darse el caso de que estemos tan autoconvencidos que estemos en un círculo de mentiras autocreadas e indudables.

3 comentarios:

PENSADORA dijo...

¿y tan terrible sería vivir en una "mentira"?, si al final eso es lo que creemos y no nos supone problema alguno...

No sé, creo yo que lo de las mentiras en la infancia no es tan grave. Se me ocurre que hay cosas más graves como la falta de atención de los progenitores, lo cual pienso es el verdadero problema actual.

Que desbarro, compañero!

El Pez Martillo dijo...

Lo terrible no es vivir en una mentira. Lo verdaderamente lamentable sería que hubiera algunos que conocieran la verdad y mantuvieran la mentira para dominar a los demás (entonces, además de emntiras, serían engaño).

De los niños, no sólo es la falta de atención, sino el exceso de "atenciones", no sé si me explico.

PENSADORA dijo...

Te explicas claramente.

Y sí, los engaños sí que son lamentables. Y los hay, los hay a montones.