jueves, 28 de abril de 2011

La historia se supera

Dice el tópico que la historia se repite en muchas ocasiones. Pero no es pura repetición. Es lo mismo, pero corregido y aumentado. Lo bueno y lo malo.

miércoles, 27 de abril de 2011

Spanish way of life

Demasiado pendientes de mirar lo que hace el vecino (en muchos planos y niveles distintos), dejamos de prestar atención a lo que hacemos. Y encima, claro, le echamos la culpa al vecino. Faltaría más.


martes, 26 de abril de 2011

Playback

Juraría que, el otro día, en el transcurso de uno de mis paseos, en los labios de una chica que se cruzó conmigo e iba hablando con una amiga, pude leer exactamente la misma estrofa que sonaba en mis auriculares. Me quedé desconcertado, refrené mi marcha. En seguida pensé que aquello era fruto de mi imaginación, que me hizo ver en su boca lo que decía el cantante, a modo de playback, y que si hubiera dicho otra cosa eso es lo que habría leído en sus labios. Sí, seguramente fue eso. Pero ese instante, ese momento fue extraño, y por mucha racionalización posterior que se le quiera poner, siempre tendrá un poso especial y distinto. 

Esto es muy serio, que intereses hay por medio

lunes, 25 de abril de 2011

Haciendo regalos

A la hora de dar y recibir regalos, prefiero algo duradero. Nada de perfumes, ropa y demás productos que se consumen y se acaban tirando. Me gusta que al cabo de los años, pueda decir "esto me lo regaló X", y alegrarme en el recuerdo, o dolerme si es el caso. Por eso lo que más me gusta regalar y que me regalen son libros y discos. Claro que son cosas que uno disfruta y con los que siente cierto fetichismo. Imagino que hay gente a la que maldita la gracia si les regalan un libro, y que se emocionan si les das unos pantalones.

sábado, 23 de abril de 2011

Tercera impresión de Semana Santa: cuando lo estatal contamina lo religioso

Por completar una trilogía sobre mis impresiones de Semana Santa, algo que me chirría es la tendencia a impregnar lo religioso de elementos patrióticos. No sé a qué viene tocar el himno nacional en las procesiones, ni la implicación de cuerpos del ejército en ellas. Se crea un revoltijo bizarro, que creo que no hace ningún bien a ninguna de las partes (estado e iglesia). 
 
Claro que habrá quien esté encantado y lo vea logiquísimo, pero lo sagrado es lo sagrado, y no debería contaminarse (a no ser que lo que se pretenda sea impregnar la patria de sacralidad, haciéndola algo más  "intocable", lo cual también me parece una perversión).

En fin, que todo esto del folklore es muy raro, y si uno se pone a pensarlo, poco comprensible.

viernes, 22 de abril de 2011

Modernizando la tradición

Mis compañeros andaluces se burlan de la Semana Santa mallorquina. Tienen sus razones. Yo les digo que la religiosidad mallorquina es más bien tenue y poco dada a los grandes aspavientos y penitencias. Por eso, hay poca gente dispuesta a colocarse bajo un paso para llevarlo sobre las espaldas. Aquí la grandísima mayoría (sólo hay dos pasos con costaleros) van sobre ruedas y tienen volante e incluso un pequeño motor, lo cual es casi un sacrilegio para muchos. Claro, aquí lo que nos parece raro es lo de los costaleros (incluso, para nuestra tibieza y tranquilidad, es algo que roza el fanatismo), e intentamos hacerlo fácil.

Pero en una vuelta de tuerca, he visto un paso teledigido, como esos cochecitos de juguete, con un tipo detrás y un mando con cable. Los tiempos adelantan que es una barbaridad. A ver cómo se lo explicamos a los que dicen que entienden de estas cosas...

jueves, 21 de abril de 2011

Ciudad de convivencia

¿Porqué hacer que vayan por sitios separados?

Creía que mi capacidad de sorpresa estaba agotada hasta que ayer me vi con mi coche en medio de una procesión. Entre nazarenos y junto a un paso. Volviendo a casa después de una jornada agotadora (primero por el trabajo, y luego por una comida campestre con algunos excesos enólicos). Casi al lado de casa, al girar una esqiuna, me vi deslizándome sobre el asfalto enserrinado, los tambores y todo eso. Y no es que yo me metiera por error, es que se podía pasar. Lo cual ya me vino bien, porque si no tendría que haberme ido a aparcar donde Cristo dió las tres voces. 

¿Porqué cortar el tráfico para una procesión cuando todos cabemos? Esto es convivencia y todo lo demás son cuentos.

miércoles, 20 de abril de 2011

Comentario de video: Palma de Mallorca, de Chris Wolff

Una costumbre de este blog es poner algo de música los domingos. Y aunque hoy no lo es, sí es tiempo de penitencia. Porque el tema que hoy traigo hay que tomarlo a modo de penitencia (para mí al malgastar mi tiempo escribiendo sobre él, y para los lectores por leerlo). Todo sea por ganarse una parcela en el paraíso. 

Se trata de un viejo tema que en su día sonó mucho por estos lares, en las zonas turísticas de predominancia germánica. Por lo visto, en Alemania tuvo bastante éxito, y claro, aquí se les ponía para animar la ingesta enólica. Porque si algo tiene esta canción, es que sólo estando borracho puede gustarte. Y créanme, los excesos alcohólicos de algunos teutones en Mallorca son de récord. 

Para empezar, para qué andarnos con rodeos, conviene señalar que el tema pertenece al schlager, un peculiar estilo musical típico de centroeuropa que se caracteriza por sus melodías pegadizas y letras simplonas. El schlager alcanzó su cénit en los 70 (y  tuvo un cierto revival en los 90), lo cual, si ya de por sí esta música es deplorable, la combinación con la estética de aquella época es toda una oda al kitsch (perdonen el palabro, también germánico, pero es que no sabía si poner horterismo, horterez, u hortería, y todas me sonaban igual de mal). La canción-castigo de hoy es más bien ochentera, lo cual no hace a la cosa menos peliaguda. Porque, por ir entrando en materia, la vestimenta del artista es digna de una mención honorífica. Se acaba de bajar del andamio (eso sí, sin olvidarse antes de ponerse un cinturón plateado, que no se puede salir de cualquier manera en la tele...). En su descargo, lo interpretaremos como un intento de meterse mejor en el papel de la canción. Porque si de Mallorca hay que hablar, el mono de obrero de la construcción es casi el traje típico.

Me estoy adelantando. La canción, titulada Palma de Mallorca, no puede hablar más que de Mallorca, y cayendo en ese error que tanta gracia nos hace a los mallorquines, y que no hay forma de hacer que a la gente le entre en la cabeza: que Palma no es la isla, que sólo es su capital. La letra está llena de tópicos, como el sol, las playas, las mujeres hermosas y la diversión. Una maravilla. Desconozco si el fomento de turismo balear estaba detrás del engendro, pero no me extrañaría, ya que supuestamente funciona como un reclamo (aunque por momentos parezca disuasorio).

Pero no nos desviemos. Los movimientos del sujeto son inenarrables, por casi inexistentes. Y esa forma de cantar, con una sonrisa en los labios, como si  fuera inmensamente feliz. Para compensar la alegría de vivir que transmite este cantante, está la abulia del público. Qué forma de batir palmas (una característica del schlager es que el público bate palmas rítmicamente), qué entusiasmo trasnmiten. A destacar varios: la mujer vestida de negro de la esquina izquierda de la primera fila, el señor con bigote también de la primera fila que al principio cuando el señor le pasa por delante le echa una mirada de pies a cabeza (menudo escáner que le hace), el joven con muletas  (y mullet) de al lado de la entrada, y la "espontánea" que le da una flor y no sabe cómo escaquearse del beso. Y también hay uno de rojo visiblemente entusiasmado por ahí en medio. Uno que, seguro, había visitado la isla y sabía de buena tinta de lo que habla la canción.

Finalmente, recuerdo hace años a los alemanes borrachos cantando como locos el estribillo de esta canción en las terrazas de el Arenal, cerveza en mano. Y las caras de los no alemanes al ver semejante escena, algo difícil de olvidar yq eu seguro ha poblado algunas pesadillas...


Como se ve, Alemania, ese país de alta cultura, de grandes músicos, también tiene su lado oscuro. ¿O creían que sólo en España hay cosas cutres?

martes, 19 de abril de 2011

Buenos y malos días

¿Cómo es que hay días que haces algo y no te cuesta nada, y otras veces supone un esfuerzo tremendo? ¿Tiene que ver con lo que se haya dormido o comido, o la tensión, o el clima? ¿Con el cansancio acumulado de días anteriores? ¿Con la espera de lo por venir? 

Demasiadas cosas a tener en cuenta. Y no todas dependen de nosotros. Y sí, podemos poner mucha fuerza de voluntad ahora, pero no sabemos si esa fuerza flaqueará mañana, o dentro de un rato. 

Lejos de llevarnos al derrotismo, esto nos puede salvar, ya que al menos teniéndolo en cuenta no caeremos en fantasías voluntaristas y aceptaremos las cosas como vienen, pudiendo encajar mejor los maslos días. 

No se trata, pues, de empuje y ganas (que al fin y al cabo nos agotan y obvian las fuerzas contrarias), sino de protección y perseverancia. No  basta con conquistar terreno, hay que saberlo mantener.

lunes, 18 de abril de 2011

Candados

Sucede en ocasiones que se acumulan los acontecimientos, y cosas improbables y relacionadas pasan a la vez. Son esos momentos en los que uno podría llegar a creer que el mundo conspira en cierto sentido. O que las cosas nos mandan señales que hemos de saber interpretar para dar con algunas claves. 

Algo así me ha sucedido en esta semana pasada. La cosa tiene que ver con candados. El jueves perdí (o al menos el jueves me di cuenta de que lo había perdido) el candado de la taquilla del gimnasio. Me había cambiado, y al ir a sacar el candado de la bolsa (lo llevo siempre en el asa) descubrí que no estaba. Menos mal que un amigo me dejó meter los bártulos en la suya, porque ya me veía en la clase con los trastos al lado.

La otra fue ayer. Quedé con unos amigos para hacer unas cañas, en un centro de ocio. Puesto que está en la ciudad y que la red de carriles bici llega hasta allí y pasa al lado de casa, decidí ir en bicicleta. Todo perfecto, hasta que llegó la hora de irse. Imposible de abrir el candado. Era de esos de combinación numérica, y no había manera de abrirlo a pesar de que la cpombinación era la correcta. Al final hubo que ir a por unas tenazas y una sierra para romper la cadena, que sorprendentemente fue facilísima de partir (en apenas unos segundos estuvo hecho). 

Nunca he tenido problemas de cerraduras, y ahora, en unos días, dos. Uno que no podía cerrar y tenía que dejar abierto, y el otro que no podía abrir y había que dejar cerrado.Y ahora qué, ¿empiezo a cavilar sobre lo que he de cerrar y no puedo y lo que he de abrir y no puedo?

sábado, 16 de abril de 2011

Tecnología de un único sentido

El uso de la tecnología es muy unidireccional. Se hace con un fin, para solucionar un problema u optimizar una actividad. Sin embargo, la introducción de aparatos puede entorpecer otros aspectos o ámbitos. Se hace entonces necesario balancear, calcular en la medida de lo posible las ventajas y perjuicios. Pero sucede que los que implantan los nuevos sistemas, a fuerza de pensar en "modo tecnológico", son tan unidireccionales como sus máquinas, se centran en una cosa, dejando de lado todo lo demás, que se convierte en accesorio o simplemente invisible, cuando puede que sea lo central.

viernes, 15 de abril de 2011

Atrapada en el tiempo

En el ejercicio de la profesión, se puede uno encontrar con casos extraños o que se te quedan grabados, por extraordinarios, curiosos, o llamativos.

Uno de estos casos lo conocí cuando empezaba en esto de la enfermería. Trabajaba en un centro de día para ancianos, y allí iba una señora que padecía Alzheimer. Estaba en una fase bastante avanzada de la enfermedad, su memoria apenas existía y se podía valer muy poco (había que llevarla al baño, y hasta caminar ya le costaba). Sin embargo, había algo que la enfermedad no había logrado borrar de sus recuerdos, y lo revivía una y otra vez, en un loop angustioso y terrorífico.

Nacida en Indonesia, allí le pilló la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Cayó prisionera junto a su familia, fue torturada y contmepló cómo mataban a su madre y martirizaban a su hermana. Y esto era lo que recordaba sin parar. Se veía el miedo en su rostro, estaba obsesionada por ocultarse de los japoneses, que iban a apagar cigarrillos por todo su cuerpo. Intentábamos convencerla de que no había guerra, de que los japoneses ya no eran enemigos, desviábamos su tenue atención hacia otros asuntos... Por momentos lo lógrabamos, pero el terror volvia al cabo de un momento.

Al final, la anciana murió, no por el Alzheimer, sino por un oportuno tumor que le creció sin que nadie se diera cuenta hasta que ya fue muy tarde. Yo seguí trabajando allí una temporada, luego me fui al surgirme una buena oportunidad laboral. De todos los ancianos que conocí y cuidé, es la que más recuerdo y más me impactó. Todavía la visualizo levantándose y anunciando que se iba porque tenía que esconder a su hermana de los japoneses. Una y otra vez.

jueves, 14 de abril de 2011

Pasaba por aquí

Ya me ha pasado en varias ocasiones, la última anteayer: te enganchan para hacer cosas sólo por pasar por ahí. No es un simple "ven aquí y ayúdame", son encargos más o menos serios. Una vez fue un artículo para una revista, ahora es participar en una mesa redonda. Nada de criterio de selección, sólo pasas por ahí, te ven, y te proponen el plan. Simple, rápidido y fácil. A ti te meten en un embolado, porque supones, iluso, que si al verte han tomado la decisión de forma súbita es porque se han dado cuenta de que eres idóneo para el asunto, y claro, quieres estar a la altura del reto. Tú te pones modesto y preguntas si no habrá alguien más adecuado para la tarea, en un intento de escaquearte. Pero te venden que es muy sencillo, y que ademan hará bulto en el currículum. Te insisten. Y por no quedar mal, acabas aceptando. Pero te quedas pensando: "vaya forma de trabajar". Así no hay quien haga nada bueno ni decente. Intentaremos, al menos, compensar la improvisación con algo digno, que al fin y al cabo el nombre que sale es el propio, no el del que te ha seleccionado por el simple hecho de pasar por ahí. 

País...

miércoles, 13 de abril de 2011

El cosmonauta fantasma: el caso de Ivan Istochnikov

A raíz de la celebración del cincuentenario de la puesta en órbita del primer ser humano, acaecida tal día como ayer, he recordado el episodio que protagonizó Ivan Istochnikov unos años después. 

Istochnikov pereció en la misión Soyuz II junto a su perra Kloka mientras daban un paeo espacial en 1968. Las autoridades soviéticas, avergonzadas por el fracaso, al que se unía la muerte del astronauta Vladimir Komarov unos meses antes al reingresar a la Tierra, decidieron borrar cualquier rastro suyo. Las fotos fueron manipuladas, sus amigos fueron amenazados y su familia al completo fue deportada a Siberia. 

Nadie se enteró del fallo hasta que, en los años de la Perestroika, algunos testigos empezaron a hablar y las pistas a aparecer: fotografías originales, objetos, grabaciones... Múltiples huellas que daban testimonio de una historia muy poco conocida, pero que merecía ser investigada. Esto es lo que hizo Joan Fontcuberta, que en 1997 lanzó un libro (titulado Sputnik. La odisea del Soyuz 2) en el que recopilaba todos los datos que existían, así como una exposición donde se mostraban los objetos y huellas de la vida de Istochnikov que habían sobrevivido a la purga soviética. La exposición giró por numerosas ciudades.

La historia sería sobrecogedora si no fuera porque es falsa. Todo resultó ser un engaño de Fontcuberta, un artista conceptual que pretendió hacer la operación inversa a la que denunciaba: en lugar de borrar a alguien de la historia, añadirlo. Y lo logró, porque coló hasta que no desveló la farsa e incluso después, ya que incluso en la televisión han pasado la historia como real recientemente. El propio autor, manipulando viejas fotos, se convirtió en Ivan Istochnikov. De hecho, este nombre es la traducción al ruso del suyo propio. 

Sea como fuere, y sabiendo cómo las gastaban los soviéticos, la historia es perfectamente verosímil (salvo, tal vez, por el detalle algo ridículo del paseo espacial con perro). Quién sabe, puede que en algún oscuro archivo moscovita exista alguna pista sobre algún Ivan Istochnikov de verdad...

martes, 12 de abril de 2011

Tensión y fractura

La sociedad está llena de tensiones. Unas veces mejor llevadas que otras. Aunque se tiende a colocar bajo epígrafes unitarios, por debajo de esa unión corren numerosas corrientes, como ocurre con nuestro cuerpo, que es uno pero que encierra numerosos procesos, a menudo de signo contrario. La gracia está en cargar con todo ese magma móvil, de hacer que las partes no acaben con el todo. Tal vez por eso necesitamos naciones, estados y demás parafernalia, para crear la ficción de cierta unidad, de que a pesar de todo, las tensiones no son absolutas. 

Pero puede darse el caso de que alguna de las partes amenace a las demás o a alguna de las demás. Que aspire a la aniquilación. En este caso, que en apariencia denota una seguridad y un afán extremos, fanáticos, se da en realidad la más total inseguridad. No creen poder aguantar ni necesitar con los otros, que son vistos como una amenaza para la sociedad de la que forman parte y de la que se ven como máximos exponentes y defensores. Si la fractura es lo suficientemente grande (no afecta a un grupo minoritario), trasladan esa inseguridad al cuerpo social entero, amenazándola creyéndola proteger.

lunes, 11 de abril de 2011

La conjuración sagrada

Es hora de abandonar el mundo de los civilizados y sus luces. Es demasiado tarde para empeñarse en ser razonable e instruido, lo que ha llevado a una vida sin atractivos. Secretamente o no, es necesario volvernos totalmente diferentes o dejar de ser. 

El mundo al que hemos pertenecido no ofrece nada para amar además de cada insuficiencia individual: su existencia se limita a su comodidad. Un mundo que no puede ser amado hasta morir –de la misma manera que un hombre ama a una mujer- representa solamente el interés y la obligación del trabajo. Si se compara con los mundos desaparecidos, resulta odioso y se muestra como el más fallido de todos. 

En los mundos desaparecidos, fue posible perderse en el éxtasis, lo cual es imposible en el mundo de la vulgaridad instruida. Las ventajas de la civilización son compensadas por la manera en que los hombres se aprovechan de ellas: los hombres actuales las aprovechan para convertirse en los más degradantes de todos los seres que han existido. 

La vida siempre transcurre en un tumulto sin cohesión aparente, pero no encuentra su grandeza y su realidad sino en el éxtasis y en el amor extático. Quien se empeña en ignorar o en desestimar el éxtasis es un ser incompleto cuyo pensamiento se reduce al análisis. La existencia no es solamente una vida agitada, es una danza que impulsa a danzar con fanatismo. El pensamiento que no tiene como objeto un fragmento muerto existe interiormente de igual modo que las llamas. 

Hay que llegar a ser lo bastante firme e inquebrantable para que la existencia del mundo de la civilización parezca finalmente insegura. Es inútil responder a quienes pueden creer en la existencia de ese mundo y autorizarse en él: cuando hablan, es posible mirarlos sin escucharlos y, mientras se los mira, no “ver” sino lo que existe lejos detrás de ellos. Hay que rechazar el tedio y vivir solamente de lo que fascina. 

Sería vano agitar e intentar atraer a ese camino a quienes tienen veleidades tales como pasar el tiempo, reír o volverse individualmente extravagantes. Hay que avanzar sin mirar atrás y sin tomar en cuenta a quienes no tienen la fuerza para olvidar la realidad inmediata.

Georges Bataille
La conjuración sagrada
Revista Acéphale, nº1 (junio de 1936)


sábado, 9 de abril de 2011

El sueño premonitorio del joven Nietzsche

En sus escritos autobiográficos de juventud, Nietzsche narra un extraño sueño premonitorio previo a la muerte de su hermano Joseph en enero de 1850 (acaecida al poco de morir el padre, en 1849). El joven Friedrich no tenía aún 6 años, y las veces que lo cuenta (son, al menos, dos) lo hace con pequeñas pero significativas variaciones: por ejemplo, en una reconoce a las claras el espíritu del padre y ve que lleva un niño entre sus brazos, mientras que en el aquí transcrito, posterior, no lo ve con la misma claridad, y la muerte del pequeño aquí transcurre tan sólo media hora tras caer enfermo, mientras que en el anterior relato es al cabo de unas horas. Ello (las variaciones y la temprana edad) puede hacernos pensar en cierto elemento fantasioso. También puede llevarnos a esta conclusión el ambiente de influencia romántica en que creció y se desarrollaron sus estudios, poblada de aparicones e historias lúgubres. Sea como fuere, verdad o mentira, relato pormenorizado o reconstrucción fantasiosa (servidor no cree mucho en estas cosas, aunque me atraen estos relatos), no deja de ser una anécdota curiosa sobre un personaje peculiar, una de esas notas colaterales que se pasan por alto pero que nos ayudan a ponernos en situación ante él.
Unos meses después sobrevino otra desgracia que presagié con un sueño muy extraño. Me pareció escuchar una melodía fúnebre del órgano de la iglesia. Asombrado, abrí la ventana que daba a la iglesia y al cementerio. La tumba de mi padre se abrió, una figura blanca salió de ella y desapareció en la iglesia. La tenebrosa y siniestra música seguía sonando. La blanca figura volvió a aparecer llevando bajo el brazo algo que no reconocí claramente. La lápida se abrió, la figura entró en la sepultura, el órgano enmudeció y me desperté. A la mañana siguiente mi hermano pequeño, un niño alegre y despierto, sufrió convulsiones y murió a la media hora. Fue inmediatamente enterrado en la tumba de mi padre.
Marzo-agosto de 1861

viernes, 8 de abril de 2011

Gentes más allá del bien y del mal

Hay gentes que están más allá del bien y del mal. A quienes estas distinciones no les importan y no les son aplicables. No me refiero a la actitud chulesca del que hace lo que le da la gana testicularmente y llevándose por delante a quien haga falta. Lo digo en sentido positivo. Gentes admirables, que han demostrado de sobra su solvencia y a los que se les perdona casi todo, cuyos defectos son el ornamento y la sal de sus virtudes. 

Todos conocemos o deberíamos conocer a algunos de estos personajes. Porque a menudo son auténticos personajes. Si se tiene la suerte de cruzarse con alguno, de entrada es posible que nos abrume, incluso puede que nos parezca absurda la admiración que los demás le dedican, ya que ese estar más allá de todo a veces se puede ver como algo insultante. Pero al final acabas rindiéndote y reconociendo que sí, que son gente especial. Y los que se les enfrentan, suelen creerse estar ellos más allá, sin estarlo.

jueves, 7 de abril de 2011

La aniquilación al fondo

Metidos en nuestra escala humana, andamos preocupados por cosas como la fama, el progreso, la carrera y demás entretenimientos. Pocas veces nos paramos a ir un poco más allá. Pero es que más allá está la aniquilación. No quedará nada de nosotros. Ni siquiera ruinas, huellas que otros puedan estudiar y a partir de ellas deducir nuestras vidas. Inquieta, da vértigo. Pero al mismo tiempo es tranquilizador.

miércoles, 6 de abril de 2011

Videando series: Hermanos de sangre

Se comenta por ahí que hoy en día las series televisivas tienen mejor nivel que el cine, por norma general. Y sin ser un gran entendido, como simple espectador, tendré que asentir. El cine tiende al gran espectáculo, en el sentido visual. De cada vez más se explotan los efectos especiales, en progresiva grandilocuencia, hasta el punto de llegar a ocultar la historia. Supongo que el formato de la gran pantalla y la breve duración invitan a ello: "abrumemos visualmente al espectador".

La pequeña pantalla, en cambio, al disponer de más tiempo (aunque sea fragmentado, y tal vez ahí esté una de sus virtudes), hace que se puedan explorar más y mejor las tramas y sus personajes, dotando a las series de una profundidad mayor (al menos a nivel narrativo). Y esto, cuando las historias son buenas, se agradece mucho. 

La cuestión es que ando aficionado a ver series. Algunas las sigo desde hace tiempo y no las abandono por aquello de la costumbre (como ocurre con House). En general prefiero esperar a verlas cuando han terminado, y disfrutarlas del tirón. En los últimos meses he revisitado Expediente X (las políticas de programación de cierto canal me impidieron seguirla hasta el final). Hace ya casi dos años cayeron los Soprano. Hace unas semanas fue el turno de Treme. Y ahora estoy disfrutando con fruición la dupla Hermanos de sangre/The Pacific. En ellas se nos narran las historias (reales) de varios soldados norteamericanos de la segunda guerra mundial en los frentes europeo y pacífico, respectivamente. Siguiendo la estela de Salvar al soldado Ryan (Spielberg está detrás de las dos series, y el tratamiento visual es el mismo), nos meten en la crudeza de la guerra, las muertes sin sentido, la cotidianidad, el dolor, la locura, el heroísmo y la mezquindad que se mueven en todo escenario bélico. No aptas para místicos de la guerra ni para pacifistas irredentos, merecen perder algo de tiempo en su visionado. Y en ello estoy.

martes, 5 de abril de 2011

Amor ansioso, amor cauteloso

Hay quien no sabe estar solo, sin emparejarse. Eson les lleva a precipitarse, a no sopesar bien las oportunidades y lanzarse en brazos de la primera persona que pase y que muestre algo de interés. Eso les hace presa fácil de oportunistas y les puede conducir a una espiral de rupturas peligrosa. 

Sin embargo, también hay quien se pasa de calculador, de retener su soledad en espera de esa persona supuestamente ideal que busca infructuosamente. Entonces el peligro es el contrario, el de aferrarse a su soledad y a sus expectativas, no sabiendo o no queriendo dejar que nadie entre en su vida. 

Si los primeros se decepcionan, los segundos decepcionan. Y nadie está satisfecho, aunque los unos por exceso y los otros por defecto, crean que están en el buen camino.

lunes, 4 de abril de 2011

Lenguaje como estorbo


A menudo hemos oído eso de que las palabras no bastan para describir algo. Ciertamente, en ocasiones el lenguaje se ve desbordado y aparece como insuficiente. O eso es lo que nos queremos creer. Pero, ¿y si hay "algo" para lo que el lenguaje sea, no ya insuficiente, sino una traba, un estorbo? Un estorbo, cabe decir, pertinaz e insalvable. Habría que contar con él (teniendo en cuenta que el lenguaje no es sólo el uso de la palabra, sino que hay muchas formas de lenguaje). Pero, ¿de qué manera, si cabe la pregunta?

sábado, 2 de abril de 2011

Bodas y funerales

A muchos les habrá pasado. Van a una boda familiar. Alí, alguien, por lo general con un parentesco más o menos lejanos (esas tías abuelas, primos segundos...), que para intentar hacerse los simpáticos y ante la dificultad de establecer una conversación con alguien con quien no se ha tenido demasiado trato, te espetan el poco original "¿Y para cuándo iremos a tu boda?". Es una situación algo incómoda, por aquello de que a nadie le gusta tener que dar explicaciones sobre asuntos personales a semiextraños. Y más si no hay bodas en perspectiva (ni nada que se le acerque). 

Por eso, y por devolverles la pelota de la incomodidad, hay que ser implacables, no dejarles opción a respuesta y mucho menos a volver a preguntar en el futuro (porque siempre, en otra boda, volverán a preguntar). En esta situación, lo ideal es mencionarles su funeral  y las ganas que tienes de ir. Tal vez es poco elegante. Pero funciona. Certificado.

viernes, 1 de abril de 2011

Autoconocimiento


De tanto buscarse así mismos, hay quien se olvida de los otros. Y es en esos otros donde puede encontrarse a su yo más propio. En los otros uno se encuentra en buena medida. Pero hace falta el viaje de regreso, ni sólo Yo ni sólo los demás. Es un continuo vaivén. 

Y al fondo, puede que haga falta lo Otro.