miércoles, 11 de diciembre de 2013

Necrofilia

Es llamativa la histeria colectiva que se apodera del personal cuando alguien más o menos importante muere. En una sociedad que da la espalda a la muerte, que la trivializa y la convierte en omnipresente y ausente al mismo tiempo (todos los días vemos morir a gente en películas, series y videojuegos, pero precisamente esta sobreabundancia se debe a que está totalmente desvalorizada, a que en el fondo no somos conscientes, o lo tenemos menos presente que otras épocas, de lo profundo del hecho morir), de repente alguien muere, y todo se convierte en glosas y recordatorios de la figura desaparecida. De forma compulsiva y desproporcionada. A veces incluso en contraste con el olvido al que habían sido sometidos en ocasiones. Todo como muy impostado, poco creíble e histriónico, como si ya no supiéramos como honrar a los muertos ni comportarnos ante el final de la vida. Porque en definitiva, ya ni con la  vida sabemos comportarnos.

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