lunes, 16 de octubre de 2017

Cómo está el mercado

Más de una amiga se me ha lamentado en los últimos tiempos de que no encuentran pareja, que no saben qué nos pasa a los tíos, que no nos entienden. Yo me pongo comprensivo y les suelto algún tópico disfrazado de originalidad (ya saben, del tipo "cuando no se busca es cuando se encuentra", "hay que ser más espontáneos, darle menos vueltas a las cosas"...) para parecer ocurrente y no ser demasiado agresivo -hay que mantener la reputación de "terapeuta"-, pero yo que las conozco, para mis adentros pienso "ay, querida, a lo mejor es que el problema eres tú y no ellos". 

4 comentarios:

Johannes A. von Horrach dijo...

Ya sabe lo que pienso sobre esto, querido amigo, pero ¿y si se estuviera dando el caso de que muchos hombres han ido aprendiendo de las artes ctónicas para utilizarlas ahora contra las amas de su copyright, como las viejas colonias sodomizan a la metrópoli inglesa en cricket y rugby desde hace años?

PD: celebro se regreso

Juan Carlos González Caballero dijo...

Creo que sentirse víctima es algo natural y humano. El problema reside en el abuso que se hace de ese sentimiento por el cual se convierte en llamar la atención, como cualquier otra adicción, se trata de obtener un premio a cambio de unos consejos que en realidad nunca van a necesitar, y por supuesto, nunca van a escuchar. Sólo sé busca el premio de la atención. No hay nada de verdad ahí

El Pez Martillo dijo...

Vayamos por partes. En orden cronológico:

-Johannes: algo de la ctonicidad deberíamos aprender e interiorizar, pero desde luego a nosotros no nos sale con la misma espontaneidad. Aunque el placer de darles con la misma medicina deberia compensar el esfuerzo.

-Juan Carlos: ciertamente hay victimismo y ganas de llamar la atención, pero eso mismo es sintomático de algo más profundo (que tal vez sea humano, o femenino, pero que hay quien lo manifiesta de forma más aguda), y tal vez eso es lo que me intriga.

Juan Carlos González Caballero dijo...

Pudiendo ser así, te animo a que profundices y no te quedes en la superficie, no te conformes con el velo de la flor del vino. De esta forma estoy casi seguro que también podríamos aprender y descubrir más cosas de nosotros mismos